Hola, hoy como todos los miércoles, te saludo y dejo por aquí estas líneas con las que participo en un taller para escritores principiantes, que básicamente consiste en realizar una escena, no mayor a 750 palabras, con las doce palabras resaltadas en rojo, y narrado en tiempo presente.
Espero de verdad que os agrade. Así como tu comentario y valoración...
Que tengas una excelente noche...
Y que Dios te Bendiga
Gracias por leerme, gracias por leer:
Por: Talyuno.
Crónicas de una Ciudad Ficticia.
Ainne, visiblemente cansada, con
los zapatos de tacón, guindando, en una mano y con la otra, apoyándose en el
pulido pasamano de caoba, subía la escalera, mientras, por su cabeza rondaban
intensos pensamientos sobre la fastuosa reunión que la hizo llegar a esa hora,
casi al amanecer, a su casa… « Andrés es todo un caballero, ¡jamás había bailado tango! ¿Por qué no le pedí que me
acompañara? Que tonta soy… » —Mostrando una leve sonrisa en sus labios.
Al
entrar en la habitación, acostumbrada a la incandescente luz naranja del
faro, en la calle, enfrente de su
ventana, no encendió la luz; se arrojó en la cama sin dudar hasta que una
extraordinaria sensación se apoderó de su ser. Levantó la cabeza afinando la vista
hacia la esquina más oscura de la habitación en donde divisó la silueta de una
persona…
—
¿Quién demonios eres tú y cómo carajos entraste aquí? —Gritó Ainne,
aterrada, al mismo tiempo que dé un salto llegó hasta la entrada de la
habitación, encendió la luz y trató de abrir la puerta, sin poder conseguirlo.
—No te asustes, no he venido a
hacerte daño. —Dijo el extraño hombre, moviéndose hacia el otro extremo de la
habitación, con sus manos levantadas.
—Aléjate de mí, aléjate, auxilio.
—Continuó Ainne, gritando y golpeando la sólida puerta de madera, sin conseguir
abrirla.
—Nadie puede escucharte. Cálmate.
Deja que te explique ¿Si? ¡Por favor! No te asustes, no tienes nada que temer,
ya te he dicho que no he venido a hacerte daño. —Insistió el extraño,
sentándose en el borde de la cama.
— ¿Quién eres? ¿Qué quieres
conmigo? —Preguntó Ainne, notablemente alterada.
— ¿Eres tú la viuda de James?
—Preguntó el hombre—. Te he esperado toda la noche.
— ¡Ah! —Sorprendida— Sí, pero,
¿qué demonios significa esto? Acaso es una broma, llamaré a la policía, son las
cinco y…
—Cuarenta y cinco minutos de la
mañana. —Interrumpió el hombre— Lo sé, pronto sonará esa alarma, que suena cada
día, indicándole a tu distraído cerebro que es hora de volver al mundo que
considera real, a esa repetición diaria que llamas vida, y que en realidad
disfrutas. Mientras, permaneces contenida en ese
inadmisible frasco de excrementos al que llamas cuerpo, que te mantiene
completamente alejada de tu verdadera realidad —dijo el extraño hombre,
sorprendiéndola, aún más, para continuar—: Mi nombre es Rischi, nací el 24 de
junio del año 1954 y para tu mundo, tu dimensión o como quieras llamarlo, morí
el 09 de diciembre de 1977, después de permanecer dieciséis días en coma, tras
sufrir un accidente neuronal por atragantarme una gran cantidad de anfetaminas.
Ahora, debes escucharme… tenemos poco tiempo.
James, David Lang, Charles Ashmore y yo, junto a otras doce personas, si
se les puede llamar así, formamos parte
de un grupo antiguamente conocido como la alianza, sé que nunca has oído hablar
de ella, pero te aseguro que realmente existe, es real, y con la ayuda del
“talismán de los Jos” podemos desplazarnos entre diferentes dimensiones, planos o mundos, como quieras llamarlos. Para
el ser que controla esas dimensiones, no es un secreto y tanto para él como
para sus pretensiones somos una amenaza.
— ¡Estás loco!— Musitó Ainne,
totalmente incrédula, golpeando nuevamente la puerta, gritando por ayuda…
—Toma. —El hombre, arrojándole un
pequeño objeto que sacó de uno de los bolsillos de su faja—. James me lo
entregó antes de venir aquí, dijo que lo reconocerías…
Ainne,
—atrapando el objeto en el aire— lo
observó, pensando:
« Es el anillo de James,
—completamente confundida— lo llevaba el día que desapareció, jamás se lo
quitó, fue nuestro regalo de…»
— ¿De dónde lo sacaste? ¿Cómo lo
obtuviste? Dime… —Visiblemente alterada,
acercándose y mostrando el objeto, al extraño hombre.
—Ya te lo he dicho, James me lo
entregó, dijo que tú lo reconocerías… y veo que así es. —Insistió el extraño.
— ¿Quién eres? ¿Dónde está James? —Preguntó Ainne,
desafiante.
—James, es uno de nuestros
líderes, por eso, él no está aquí ahora, básicamente solo soy un roedor y
técnicamente mi trabajo es encontrar más “seres” como nosotros, que nos ayuden
a estabilizar el equilibrio que alguna vez existió, pero, en tu caso es
distinto...
— Eres un demente… —Insistió
Ainee, girándose, dando la espalda al extraño.
Momento
en el que sonó la alarma del despertador, y por instinto, Ainne, volteó
nuevamente, viendo al extraño hombre desaparecer ante sus ojos...
Gracias por leerme, gracias por leer:
Crónicas de una Ciudad
Ficticia.
Todos los hechos y personajes nombrados
en este relato son mera ficción
Cualquier
parecido con la realidad es pura coincidencia.
Cuídate
y cuida de tus amig@s y familiares, esta ciudad es Ficticia, la tuya es Real.
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