Sucedió
en una ciudad ficticia, de algún país artificial.
Cualquier
parecido con la realidad es pura coincidencia.
Aquella
vez, cuando decidí crear el blog, fue por el sentimiento que embargó mi alma, al enterarme del robo de las motocicletas
a un gran amigo y a su hijo el mismo día, en actos separados, en esta magnífica, congestionada y peligrosa
ciudad ficticia en este país artificial, de ese hecho no han pasado dos meses, y
si solo me dispusiera a escribir relatos de hechos como este, podría escribir
como mínimo uno diario, puesto que desde
ese día, hasta el día de hoy, he presenciado en primera fila, más robos y
hurtos de motocicletas, de los que puedo contabilizar; ahora le tocó el turno
–lamentablemente- a mi amiga Jennifer, una mujer increíble, -echada pa`lante pues, como dicen- y a quien verdaderamente conozco, aprecio, admiro y respeto
mucho, por ser una maravillosa persona, tuvo que pasar por el más brutal y
horrible momento, cuando al salir de la universidad y dirigirse a su vivienda
fue abordada o más que abordada, acosada por cuatro individuos en dos motocicletas,
quienes bajo amenazas de muerte, apuntando
y disparando con un arma de fuego la obligaron a entregar sus pertenencias,
incluyendo la motocicleta… ella rogando que no la mataran se identificó mujer,
y de seguro ese fue el acto que le salvo la vida, puesto que los delincuentes
estaban dispuestos a eso, después de disparar varias veces para que detuviera
la marcha… la dejaron sola e indefensa
en la oscuridad de la noche, en una de las autopistas más transitadas que
comunica esta ciudad ficticia con una ciudad satélite, teniendo que vagar por
largo rato hasta llegar a su casa, agradeciendo al creador aun estar con vida,
después de haber vivido –gracias a dios- tan horrible episodio, le estampó un
beso a su única hija y abrazándola rompió en llanto durante horas. Sin poder
contenerlo de solo pensar, que le habían quitado, el medio de transporte que le
daba el sustento para sobrevivir en esta ciudad ficticia. Aún puedo recordar
sus palabras, lo que sentí al escucharla, -una impotencia tan grande, por no
poder hacer nada- y observar sus ojos, llenos de dolor y sufrimiento, que apenas podían contener las lágrimas… _La
vida continua amiga, gracias a dios la perdida solo fue material. _si amigo
pero ¿Cómo hago yo para adquirir otra motocicleta? Si lo que gano, apenas me
alcanza para comprar comida…
Hechos como este suceden a diario en esta
ciudad ficticia, en este país artificial, donde los delincuentes se reproducen
más rápido que conejos, donde en tan solo el primer mes del año, fueron
contabilizados los decesos de más de cuarenta y ocho –solo en esta ciudad
ficticia- delincuentes, a manos de los organismos de justicia del estado, y
estoy seguro que a diario son más los casos de personas que han sufrido, de
alguna manera, a manos de la delincuencia.
Mensaje
para reflexionar…
Gracias por leerme. Dios te bendiga. Cuídate y cuida a los tuyos
que en esta ciudad ficticia, los delincuentes son reales.
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