Una ciudad ficticia, en algún país
artificial.
Cualquier
parecido con la realidad es pura coincidencia.
Silencio…
En la
oscuridad del vacío
Que hoy
los separa,
Aún aguardan
sus ojos, su risa,
Su aroma
y su mirada.
Ciertamente,
no existirán palabras,
Quimeras o instante alguno…
Es
intocable,
Con las
más afiladas espinas
Defiende
su integridad,
Ante la
más eficaz mirada,
Que la
logre diferenciar.
Imperturbable,
Como
las ondas del mar
Que galanteadas por las voces del viento
Coquetean
con la tierra día tras día,
Para
regresar al océano,
En su
más perfecta armonía…
¿Cómo
tentar su esencia?
“tan
asombrosa, tan radiante y alegre
Que enaltece la vida…”
¿Cómo
borrar mis rastros?
Y
trazarlos otra vez,
En un furtivo
sendero
que no incite su desdén…
¿Como olvidar su
aroma?
Y su amable calidez…
Muy en el
interior... Anhelaba que sus ojos, se cruzaran una vez, con los vocablos
escritos, inspirados en su ser, y que el mensaje oculto entre ellos pudiera leer… le bastaba con ser pensamiento dentro de su ser… y tal vez, tan solo,
tal vez, un recuerdo vuelva a florecer…
Gracias por
leerme. Dios te bendiga. Cuídate y cuida a los tuyos…. Mi ciudad es
ficticia, la tuya es real…
Bendita sea tu musa (la mujer que te inspira a escribir esto). Bellísimo
ResponderBorrarEva Maria, que gusto. Gracias y que bueno que te guste... La musa de mis utopías, mas adelante escribiré sobre ella. Cuídate... Que estés bien.
BorrarBendita sea tu musa (la mujer que te inspira a escribir esto). Bellísimo
ResponderBorrarEva Maria, que gusto. Gracias y que bueno que te guste... La musa de mis utopías, mas adelante escribiré sobre ella. Cuídate... Que estés bien.
BorrarHermoso de verdad...
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